El día de ayer también fue movidito para variar... Nos levantamos a las 9h porque aquí si no, te cierran los sitios muy pronto y no te da tiempo a nada. Así que desayunamos con calma y fuimos en busca de la tienda que alquila bicis. Teníamos una dirección apuntada, pero al parecer, habían cambiado la tienda de sitio, así que no nos quedó más remedio que preguntar... y una mujer muy amable se ofreció a llevarnos en coche a la tienda porque estaba a las afueras. Y nosotras ahí que nos montamos. ¡Aunque parezca mentira, aquí la gente es muy amable!

Y allí aparecimos...un garaje gigante lleno de bicis viejas donde pudimos elegir la nuestra para 3meses por un módico precio de 29€.

Salimos de allí tan campantes con nuestras bicis como unas niñas con zapatos nuevos. 

Para salir a la calle después de alquilar las bicis había que bajar por aquí... ¡Nunca lo habíamos visto!

Y vuelta a casa a comer. Siestecita y por la tarde salimos a probar nuestras bicis y a comprar unas cosillas que nos faltaban para el piso, peeeeero.... ¡tuvimos un pequeño problema! la bici de Alba se paró (literalmente) en medio del carril para bicis y nos dejó tiradas. Era imposible mover la bici porque la rueda de atrás se quedó bloqueada, así que la dejamos aparcada como un perro abandonado :(  y nos tocó bajar al centro andando, con tan mala suerte que al volver quisimos acortar y nos perdimos, así que nos pegamos una buena pateada por toda la ciudad para intentar llegar al sitio donde habíamos dejado la bici aparcada. Una vez encontrada la bici tuvimos que arrastrarla hasta casa, por lo que llegamos sudando y asqueadas.

Así que para terminar bien el día nos fuimos después de cenar a Oude Markt, que es la zona de marcha, donde conocimos a una italiana que nos presentó a unos amigos y fuimos a probar cervezas.

Ya hemos fichado el bar, donde se puede disfrutar de más de 50 tipos de cerveza belga. Por lo que nos queda muuuucho que beber.